González
Cordero (2018)
Serie fotográfica: Cordero
Técnica: Fotografía digital intervenida, impresa digitalmente en papel de algodón
Tamaño: 16 x 20 pulgadas
Acorde con el texto sagrado cristiano, Cordero de Dios es el nombre por el que se llama a Jesús, el hijo de Dios, pues cual cordero pascual fue inmolado en la cruz para el perdón de los pecados del mundo. Este nombre es el título de este proyecto fotográfico que relaciona a estos seres sacrificiales con el actual estatus de la mujer en cuanto a feminicidios y violencia de género en el país, que empezó llamando la atención a principio de los 90’s con las muertas de Ciudad Juárez y estalló en aumento 20 años después en otras muchas ciudades del país. En México, según cifras del INEGI, del 2007 al 2016 hubo un incremento del 152% en muertes violentas de mujeres, siendo las causas mutilación, asfixia, quemadas, apuñaladas o por impactos de bala.
En el supuesto de que todo conflicto conlleva un cambio, y que todo cambio llega a través del conflicto, el problema en el aumento de asesinatos por cuestión de género en México debería contraer, en algún punto, un cambio significativo en la reconstrucción de valores y respeto para con los derechos humanos. El ambiente de violencia extrema que se vive, a pesar de querer ser evadido por las autoridades que desatienden cientos de casos (el 87% de las denuncias de violencia contra mujeres queda impune, según INMUJERES), ya no es un secreto. Cada vez hay más voces empáticas que se alzan desesperadas.
Cada 4 horas muere una mujer en nuestro país, según cifras del INEGI. Este es el precio del cambio. ¿Es este, el precio del progreso? Este mismo instituto afirmó a finales de 2016 que de las 46.5 millones de mujeres de 15 años y mayores que habitan en el país, el 66.1% ha sido víctima de violencia alguna vez en su vida.